IngridIngrid BetancourtLa rabia en el corazón
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Discursos

La paz se hace con descentralización

INTERVENCIÓN DE LA CANDIDATA INGRID BETANCOURT ANTE LOS ALCALDES DEL PAÍS

FORO TRANSPARENCIA MUNICIPAL Y GESTIÓN LOCAL

SANTA MARTA, 20 DE OCTUBRE DEL AÑO 2001

Les agradezco esta invitación...

Creo que ustedes están viviendo un guayabo muy fuerte porque están pagando el pato de la ligereza y la rumba de gobiernos anteriores y del gobierno presente. No hay mayor torpedo en el proceso de descentralización que las actuaciones del gobierno Samper y del presidente Pastrana.

Por eso hablo de guayabo porque ustedes están pagando el pato de las decisiones que se tomaron antes que llegaran a sus cargos.

Fue el gobierno de Samper el que impulsó la ley para recortar y desacelerar las transferencias nacionales, el que hizo un intento por unificar los calendarios electorales, lo cual era de hecho matar le autonomía política a los municipios. Hubo una contrarreforma municipal.

¿Ustedes recuerdan cuando se cambió el nombre del ministerio de Gobierno al ministerio del Interior, supuestamente con la excusa de que eso iba a servir para fortalecer la descentralización? La descentralización lo único que hizo fue burocratizarse. Fue el doctor Serpa, quien hoy es candidato y entonces era ministro del Interior, quien desde sus dependencias lo hizo y abandonó el proyecto de descentralización. Se lo dejó raponear tanto por el Ministerio de Hacienda como por el Departamento de Planeación Nacional.

Hicieron otras perlas como eliminar los topes a los crecimientos de las Contralorías y de las Personerías con la ley 1678 del 94, lo cual hizo un engorde hasta la obesidad de las contralorías y personerías departamentales y municipales, y se judicializaron los procedimientos tanto de contralorías como de personerías, lo cual terminó por acabar la posibilidad de luchar contra la corrupción en los municipios.

De Pastrana ya sabemos lo que ha hecho. Quiero hablar en particular del acto legislativo 012, contra el cual me opuse en el Congreso. Es obvio que hay que hacer un llamado de atención, estoy de acuerdo con el ministro del Interior, también los municipios de Colombia tienen que hacerse una liposucción. Lo que a uno le llama la atención es que esa liposucción no la hagamos de manera democrática. Está muy bien que adelgacemos a los municipios, pero ¿el gobierno central qué?. Yo estuve en el Congreso durante los últimos tres años y lo único que vi fue nóminas paralelas, aumento de clientelas, discusiones sobre aumento de plantas, para poderle dar gusto a los amigos del gobierno. Por lo tanto, aquí lo que necesitamos es que haya un equilibrio y que cada uno asuma sus responsabilidades.

Es evidente que los municipios están en crisis, que la descentralización está en crisis. Hubo dos torpedos -Samper y Pastrana- y tenemos dos enemigos: la corrupción y la violencia. Y eso tenemos que enfrentarlo. Por lo tanto lo que les propongo y lo que creo es que tenemos que entrar a un tratamiento de shock de los municipios.

Hay personas que dicen estar por la descentralización pero hacen todo lo contrario. A mí la carta del doctor Serpa (que se leyó en este evento) me llamó mucho la atención porque dice que va a fomentar la descentralización pero lo que hizo cuando era ministro del Interior fue exactamente lo contrario.

Yo quiero decirles como candidata a la Presidencia de la República y especialmente como colombiana y como mujer que yo quiero la descentralización y que debemos entrar en un tratamiento de shock, que tendría tres etapas: un tratamiento de emergencia para mirar la reforma política y la reforma fiscal que necesitamos para fortalecer los municipios; un tratamiento de fondo que es la parte institucional, las relaciones institucionales entre entidades territoriales; y un tratamiento de urgencia que es el relacionado con la seguridad.

Vengo defendiendo hace rato una reforma política porque mientras las elecciones sean un fraude legalizado aquí no habrá democracia. No podemos seguir aceptando que los que salen elegidos en Colombia sean el fruto del trasteo, de la compra de votos, de comprar funcionarios en la registraduría para que se amañen los resultados electorales. Esos son los que se hacen elegir en corporaciones públicas, en alcaldías, en gobernaciones y en la Presidencia de la República, porque también lo hemos visto. Por lo tanto es necesaria una reforma política de fondo que nos permita fortalecer los partidos locales, para no seguir con ese cuento de que los avales lo dan en Bogotá los partidos tradicionales a los amigos de los amigos. No.

Hay que empoderar al ciudadano para que sea a través de la consulta popular a nivel local como se den esos avales, para que puedan surgir partidos locales y no solo apéndices de aquellos que desde el Congreso o desde Bogotá están manejando la política de la Nación.

La financiación estatal para todo el mundo es indispensable. Hay corrupción en el país porque aquellos que se acercan a la política se dan cuenta que no pueden hacerlo si no tienen plata y esa plata viene ya sea de lo que se roban de las arcas del Estado o de la delincuencia, llámese narcotráfico o de otro tipo. Por lo tanto una financiación estatal es antídoto a la corrupción.

Si logramos que en Colombia se puedan hacer campañas en igualdad de condiciones, que los candidatos puedan dar a conocer sus programas, ventilar sus ideologías a través de la prensa, vamos a abrir la puerta a una mayor participación ciudadana y a una mayor transparencia.

Debemos hacer una reingeniería del poder local, sí. Tenemos que meterle la mano a la Registraduría y al Consejo Electoral porque mientras sean unos feudos políticos, ahí no hay garantías de independencia para nada.

Hay que reactivar los mecanismos de participación ciudadana, eso también es importante porque tenemos que darnos los instrumentos, entre otras para hacer lo que ustedes quieren, ustedes estan hablando de la ampliación de sus propios periodos. Quiero decirles que estoy a favor de la ampliación del periodo, no de ustedes sino institucional.

Yo creo que en Colombia tenemos que tener alcaldes que puedan hacer algo, que no estén con un cronómetro en la nuca porque cuando llegan, al año siguiente ya están preparándose para despedirse, por lo tanto sí tiene que haber una ampliación del periodo de alcaldes. Es más yo estoy a favor de la reelección, con ampliación del periodo. Pero ojo, no en las condiciones actuales, no mientras no tengamos la seguridad de que quien vaya a aspirar a la reelección no pueda utilizar los recursos de la alcaldía para hacer su propia campaña, mientras que no tengamos posibilidad de garantizar que las elecciones van a ser limpias y sin fraude y que por lo tanto la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral nos van a dar garantías de que va a ser una competencia en franca lid.

Finalmente que la reelección va a ser la aprobación del alcalde o también el rechazo por su gestión. Eso es importante porque Colombia necesita coherencia, necesita consistencia. Nosotros hemos tenido alcaldes que pasan como un ventarrón, nadie los vio, nadie supo quiénes eran, no dejaron obras sino desfalcos y problemas. Nosotros necesitamos personas que se puedan quedar no solo dos tres años sino ocho y yo estaría por una reelección indefinida, eso lo hemos visto en Europa. Cuando la democracia funciona el buen alcalde es premiado con la reelección.

Pero no podemos proponer reelección y ampliación mientras tengamos un sistema electoral totalmente infestado de corrupción.

Reforma fiscal, definitivamente, sí. Necesitamos que se le devuelva a los concejos y asambleas -pero las que yo propongo-, la posibilidad de rediseñar los impuestos locales porque en este momento los impuestos que se recaudan solo cubren el 20% de los gastos. Tenemos que darles los instrumentos para que ustedes tengan los recursos y -es muy importante decirlo- me parece que los municipios se han acostumbrado a que todo les llegue. Creo que debemos tener una visión mucho más activa del rol de los municipios.

Los municipios son empresas que están compitiendo en el mercado nacional y por lo tanto tienen que generar sus propios recursos, no podemos seguir esperando que todo llegue de afuera, de las transferencias. Adicionalmente también hay evasión y fraude en la recolección de recursos tributarios que le corresponden a los municipios. Tenemos que darle instrumentos a los municipios para que puedan realmente operar como empresas que van a generar recursos y no sólo como personas tendiendo la mano a ver qué les dan.

Esa es la libertad que hay que entregarle a los municipios, pero se tiene que entregar con responsabilidad, con mucha mayor responsabilidad, por lo tanto no sólo estamos hablando de devolverle a los municipios la posibilidad de diseñar sus impuestos, su base gravable y sus tarifas.

Creo que es importante tener parámetros de disciplina financiera muy estrictos. Hoy tenemos requisitos, autorizaciones, pero no se están cumpliendo porque la politiquería se mete por delante y el despilfarro también es una manera de robar.

 

Quienes defendieron las privatizaciones en Colombia (el concepto neoliberal), lo hicieron con la justificación de que el Estado era tan mal gerente, que había que pasarle la gerencia a empresas. Pero la razón de la ineficiencia del Estado está en la corrupción. Miremos el caso de las empresas estatales de servicios públicos, las privatizamos y ¿qué pasó?, hicimos unos monopolios privados igualmente corruptos, igualmente ineficientes, que no han generado la confianza y la satisfacción de la cuidadanía pero sí han generado tarifas muy altas.

Si nosotros no nos cuidamos, el despilfarro y la corrupción que anidan en los municipios van a ser la mejor excusa y justificación para acabar con la autonomía municipal. Si aquí no hay una responsabilidad seria en el manejo de los recursos dentro de poco estaremos asistiendo a un reversazo de la descentralización es decir a un centralismo en materia fiscal que acabe con las posibilidades de desarrollo del país. Y esa responsabilidad no es del ministro del Interior, es de ustedes, de cada uno de ustedes, con el buen comportamiento que tengan en el manejo de la cosa presupuestal en los municipios.

No sólo debemos mirar la disciplina financiera sino también lo que yo llamo la disciplina administrativa, porque el problema del engorde burocrático está acabando con los municipios. Yo estoy de acuerdo con el ministro cuando decía que hay que echar gente. Sí hay que echar gente porque el municipio no es una obra de caridad, tiene que ser una entidad eficiente que responda a las necesidades de los ciudadanos. Pero eso se tiene que hacer con responsabilidad, con disciplina, con voluntad política. Eso es finalmente lo que va a permitir que el municipio salga adelante y se vuelva el motor del desarrollo colombiano, como yo creo que debe ser. Este es el tratamiento de emergencia.

El tratamiento de fondo es cómo nos vamos a organizar, yo propongo lo siguiente: que el Gobierno pueda nombrar un Alto Comisionado para la Descentralización, que haga la paz porque ella se hace con descentralización. Tendrá dos funciones: va a ser el garante de la democracia local. No podemos seguir con ese cuento del fraude electoral en las narices de todos nosotros y nos toca mamarnos el cuento, esperarnos cuatro años a que alguna entidad jurídica se decida a establecer algún tipo de justicia, a que haya que ir hasta la Corte Constitucional y finalmente no se hace justicia, porque cuando ya se establece que hubo fraude ya estamos en nuevas elecciones, ya para qué.

Por lo tanto, tenemos que tener un garante de los derechos de los ciudadanos y eso le corresponde al presidente de la República y por eso este Alto Comisionado de la Descentralización es el directo representante del Presidente. Ese es el señor que le va a respirar en la nuca al Consejo Nacional Electoral. Y va decir aquí hay que repetir las elecciones porque hubo fraude y va a pedir veeduría internacional cuando sea necesario.

Ustedes y yo sabemos que no es solamente el fraude de la corrupción, sino el fraude de los violentos que están apoderándose de alcaldías, de municipios, para poder poner su impronta y manejar los recursos de la Nación a su acomodo y en función de necesidades y estrategias, tanto de los paramilitares como de la guerrilla. Por lo tanto aquí necesitamos que este Alto Comisionado de la Descentralización ponga "tatequieto" a éstas figuras delictivas.

Este alto comisionado va a vigilar la correcta administración de las transferencias, sí, tenemos que ponerle orden a eso. El Gobierno tiene que dar transferencias, tenemos que impulsar ese proceso, no lo tenemos que desacelerar, pero necesitamos resultados. Por lo tanto, ese señor va a poder suspender los giros cuando vea que hay anomalías, va a nombrar delegados para mirar lo que está pasando en los municipios, cuando vea que las cosas no están sucediendo como corresponde, va a intervenir las administraciones cuando vea que es necesario y va a destituir funcionarios cuando estén desviando o despilfarrando recursos públicos o se los están apropiando de manera indebida.

Este Alto Comisionado también va a hacer una cosa importante, que no se ha hecho en Colombia, y es impedir que el Gobierno central se siga engordando en Colombia. Si el Gobierno sigue engordándose, eso hace la crisis de poder, porque tenemos dos políticas contradiciéndose. Descentralización es disminución de planta de personal del Gobierno Central.

Ese Alto Comisionado va a trabajar en los proyectos de ley -obviamente coordinado con los ministros del ramo- que van a permitir fortalecer la descentralización, los municipios. Estoy hablando de reforma política vinculada a lo local, pero también de la reforma institucional de la cual voy a hablar en un segundo, de la reforma fiscal, del reordenamiento territorial porque necesitamos volver a hacer el paisaje de Colombia, necesitamos transformar las veredas en pequeños núcleos de población donde haya de todo -salud, educación y sobre todo seguridad-. Pero también que las ciudades intermedias se conviertan en polos de desarrollo. Y necesitamos un estatuto especial para las grandes ciudades, para las metrópolis. El alto comisionado tiene que velar porque eso se haga rápidamente.

Vamos a encaminarnos hacia las ecoregiones. Creo en ese concepto. Cómo lo vamos a hacer. Aquí sobre la mesa hay un planteamiento que es el de desaparecer las asambleas, se discutió mucho en la reforma política, porque básicamente no están operando y son una carga presupuestal y se han convertido en una forma de mejorar la remuneración personal de muchas personas.

El esquema debe ser otro: no una asamblea por departamento sino una asamblea por ecoregión y estas asambleas las vamos a empoderar. Les vamos a devolver iniciativa legislativa desde el punto de vista tributario para la región. Pero van a ser asambleas que disminuirán la nómina actual porque además van a ser ad honorem. Serán un consejo de sabios, de personas dispuestas a trabajar en el diseño de lo que puede ser el desarrollo ya no del departamento sino de la región. Que coordinen, planeen y den recursos a las gobernaciones y municipios para poder actuar.

¿En que queda el Gobernador? Para mí tiene que convertirse en bisagra de la descentralización, en aquel que va a permitir que la descentralización se lleve a cabo en el municipio. Por tanto a los gobernadores tenemos que plantearles que no sean ejecutores de obras, tenemos que darles un nuevo ámbito y ese tiene que ser el de la paz.

No estoy hablando de diálogos regionales, sino de seguridad ciudadana. El gobernador debe garantizar que los departamentos van a tener seguridad, a enfrentar la delincuencia común, el narcotráfico, pero también a la guerrilla y a los paramilitares. ¿Cómo lo vamos a hacer? Vamos a constituir una policía departamental, tenemos que tener esos remedios para poder cumplirle a la ciudadanía, para hacer que el ciudadano en Colombia tenga alguien que lo proteja inmediatamente, que no tienen que esperar tres días a que venga la tropa.

Este gobernador va a recaudar y a transferir sus recaudos a los municipios en función de unas reglas muy claras, dispuestas de antemano. Los municipios se vuelven, ahí sí, los centros de la actividad de la Nación porque van a ejecutar las políticas de educación, de salud, de saneamiento básico. Pero no lo van a hacer de manera autista, mirándose el ombligo, porque la función del gobernador va a ser que las decisiones del municipio se integren a las decisiones de todos los municipios del departamento, habrá coordinación.

Con asambleas por ecoregiones vamos a hacer que los gobernadores trabajen de manera coordinada y por lo tanto vamos a hacer un diseño racional de obras públicas en Colombia, que nos han faltado.

Vamos a desaparecer cosas. Vamos a acabar con los Corpes, vamos a acabar con los monopolios de las loterías, de la destilación y comercialización de alcohol. Lo que le vamos a dejar a los gobernadores es lo que tienen que hacer, es el monopolio fiscal, el recaudo de los tributos sobre las loterías y sobre la distribución de alcoholes pero que no fabriquen alcohol.

Vamos a acabar con las personerías, esas funciones las debe cumplir la procuraduría, pero establecida dentro de la ecoregión. Es decir, no habrá personerías obesas por todo el país, inoperantes, que se vuelven un instrumento para acabar con el rival político, empapelándolo.

Las contralorías. Habrá una por ecoregión, y no necesitamos contralorías con 800 empleados. El caso de Bogotá es absurdo, casi tiene proporcionalmente más empleados que la Contraloría Nacional. Vamos a mirar para que bajo el mando del Contralor se puedan establecer Contralorías con auditorías externas que nos permitan actuar puntualmente, con decisión, y sobretodo de manera especializada e independiente, para volverle a dar confianza al ciudadano.

El tratamiento de urgencia es la seguridad. En este diseño todo el apoyo va a lo local. El Alto Comisionado concentra el esfuerzo nacional sobre el municipio, el gobernador concentra sus esfuerzos sobre el municipio y el alcalde se vuelve el personaje central del esquema de descentralización que quiero promover.

Al alcalde se le tienen que dar recursos, instrumentos, pero lo más importante es la seguridad. Porque en Colombia el Estado no garantiza seguridad a los alcaldes, y eso quiere decir que no le garantiza la seguridad a ninguno de los ciudadanos. Si el alcalde está en peligro, todos los ciudadanos están en peligro. Me preocupa mucho la zona de distensión, pero ese no es el mayor problema. Lo es mucho más el jaque mate en que tienen puestos a los alcaldes; esa es la mayor victoria de la subversión y de los paramilitares para subvertir el Estado. Es que quien neutraliza un alcalde está neutralizando la democracia.

Si el Gobierno dispuso recursos con rapidez, no solo financieros sino humanos para atender las necesidades de seguridad de los parlamentarios con mucho más razón tiene que atender las necesidades de seguridad de los alcaldes, porque sí que están desprotegidos.

Si fuera para darles un premio el Congreso se rajó, no ha hecho nada por la Nación. Los alcaldes sí han hecho por el desarrollo de Colombia, han puesto su pecho, han liderado su comunidad, le han permitido a Colombia seguir siendo viable como Nación. Ustedes son la representación de la Nación, por lo tanto si hay recursos para los parlamentarios, tiene que haber para la seguridad de los alcaldes. Tiene que ser una exigencia, inmediata, absoluta y no negociable.

Ustedes deben saber que habrá una solidaridad del Estado con sus necesidades de seguridad. Yo creo que nosotros como Estado -yo lo voy a hacer como Presidente-, tenemos que utilizar los instrumentos que da la Constitución. Es que el Presidente no es eunuco, tiene la posibilidad de actuar. El artículo 215 de la Constitución da la posibilidad de declarar estados de emergencia para atender casos como los que se presentan hoy, treinta días para arreglar el problema de aquellos alcaldes que han sido perseguidos y arrinconados por las guerrillas.

En esos casos el Estado y el Presidente tienen que actuar con suma rapidez. Uno es el caso de los alcaldes perseguidos por la guerrilla y los paramilitares, el otro caso es el de los alcaldes que la guerrilla y los paramilitares eligieron muchas veces con fraude, con un fusil en la cien. En esos casos, donde se está subvirtiendo el estado de derecho, nosotros vamos a presentar un esquema donde transitoriamente habrá alcaldes militares.

Ellos van a tener la rienda de la situación durante treinta días, y no sólo van a atender la situación de seguridad, sino que van a convocar a nuevas elecciones en el caso de que las elecciones hayan sido fraudulentas o cuando quien haya ganado sea representante directo de la guerrilla o de los paramilitares, para que la democracia se salve en su origen.

Pero también esa fuerza de choque nos va a permitir defender a los alcaldes que han llegado allí como fruto del voto limpio y popular. La solución que se le ha dado en particular al problema de los alcaldes de Caquetá es una solución que me preocupa muchísimo, porque el Gobierno está aceptando que la guerrilla desplace a los alcaldes. Hoy tenemos alcaldes extraditados con el beneplácito del Gobierno.

Esta es una situación demasiado grave, no es para que la resuelva ningún funcionario diferente al presidente de la República personalmente. Por eso, primero los alcaldes; eso quiere decir que no podemos aceptar que se vuelva permanente el hecho de que como no podemos ayudar a los alcaldes, entonces les mandamos que despachen desde otro lado.

Quiero decirles, y esto es un compromiso serio, de corazón, y además es invitación que le hago a los demás candidatos presidenciales: nosotros tenemos que solidarizarnos con los alcaldes que están perseguidos, ya sea por la guerrilla o los paramilitares. Yo estoy dispuesta a irme con ustedes en una delegación a la Comunidad Internacional, a la ONU, a la Comunidad Europea, porque sé que allá existe la voluntad y los recursos para que armemos una fuerza de contingencia y de protección a los alcaldes en peligro en Colombia.

Eso lo debemos hacer porque nosotros no podemos seguir esperando a que nos maten a todos y ser espectadores de nuestros propios problemas. Creo que si nos movilizamos para exigir que algo suceda en Colombia, que el gobierno reaccione, sobre todo el Presidente de Colombia.

Yo quiero saber si ustedes creen que BUSH, después de los ataques de Bin Laden, se hubiera ido a Oxford a la academia de la lengua inglesa a hablar de Shakespeare. Díganme si eso es lógico. Nosotros tenemos una situación crítica y él se va a hablar de la lengua española. Eso es una burla a las necesidades de la nación. Es que la zona de distensión la prorrogó por noventa días, eso es un tic tac que tenemos en la cabeza los colombianos, y ese liderazgo no se delega.

Lo que veo es que aquí las cosas pasan y nada pasa. Dentro de tres días matan a tres alcaldes y eso no es noticia en los periódicos y noticieros. Y para mí si es terrible que los alcaldes no puedan tener seguridad, porque si no se les garantiza no estamos garantizando la democracia, estamos en la anarquía, nos llevó el diablo.

Tenemos que tener una visión diferente de la unidad y de la solidaridad. Independiente de la ideología, por encima, tenemos que buscar la unión de Colombia para salvarla. La mayoría de los candidatos cada vez más endurecen el discurso y tocan tambores de guerra. Yo no creo sino en la paz negociada.

Nosotros sí podemos derrotar a la guerrilla y podemos arrinconarla en el sur del país, y después ¿qué?. Con este gobierno de negociantes y con un Congreso de ladrones y con una justicia de ineptos, siempre habrá alguien en Colombia para salir a reivindicar sus derechos. El problema no es la guerrilla sino el estado de inacción que vivimos los colombianos. No hay nadie para que dé la cara, para defendernos, no hay nadie para dar una solución. Cuando se proponen, inmediatamente se atraviesan los privilegios e intereses particulares para que nada se haga.

Debemos ponerle "tatequieto" a mucha gente, pero también a los violentos, porque nosotros no podemos hacer la paz mientras los alcaldes estén secuestrados, estén extraditados.

Tenemos 90 días para salir de la crisis y yo pienso que cada uno de nosotros debe hacer lo que debe hacer. A los que estamos aspirando a la presidencia nos corresponde hacer, no podemos seguir cruzados de brazos y con lindos discursos mientras en el país están aumentando los muertos.

Yo propuse, está sobre la mesa para que se discuta, conformar una pre-constituyente. Creo que tenemos que crear un mecanismo para llegar a una tregua y para llegar a una nueva constitución. Pero creó también que tenemos que unirnos todos para exigir que la vida de los dirigentes en Colombia, de los alcaldes, sea respetada.

Esa es la mayor contribución que yo personalmente le puedo hacer en este momento a la situación de urgencia que vivimos. Si nosotros somos capaces de irnos a la ONU, a la comunidad internacional, a pedir los recursos que se necesitan; si el que el gobierno no los va a dar, si sigue con leguleyadas mirando de para atrás, si no podemos encontrar una solución para seguir con los diálogos, sino podemos encontrar una solución acá, tenemos que movilizarnos. Les aseguró que si lo hacemos, a los dos días el gobierno va a estar dando lo que se necesita para que ustedes puedan estar tranquilos.

 

Muchas gracias.