IngridIngrid BetancourtLa rabia en el corazón
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Discursos

El cambio de rumbo para Colombia

Yo agradezco está invitación porque demuestra un cambio de actitud en Fenalco. Es el cambio de actitud que nutre la paz, que nutre la democracia. Se desmiente lo que dice el mono Jojoy, que en Colombia para hablar hay que tener un fusil en la mano.

Este cambio de rumbo que tenemos que hacer todos juntos, unidos, lo tenemos que hacer con grandeza y esa grandeza es la que necesitamos primero para cambiar unas estructuras, unas estructuras obsoletas, segundo para cambiar la política económica, sí, cambiar el modelo económico. Yo estoy proponiendo, y lo voy a desarrollar aquí con ustedes, un modelo fiscal y monetario de expansión, es decir, realmente un cambio de modelo económico. Eso sí que es acabar con el neoliberalismo.

Creo también que este rumbo, este cambio de rumbo, se tiene que dar cogiendo el único camino sensato posible, el único camino verdadero para Colombia, que es el camino de los diálogos. Colombia no aguanta más pañitos de agua tibia. La Constitución del 91, que nos lleno a todos de esperanzas, hoy es una colcha de retazos, le metieron la tijera, la deformaron y hoy, curiosamente, todos los candidatos presidenciales están hablando de reforma política.

Obvio que hay que hablar de reforma política, ustedes saben que yo la he defendido desde el primer día. Obvio que hay que hablar de reforma política porque no podemos seguir aguantando una justicia comprada, no podemos tener un Congreso de bandidos y no podemos tener un Gobierno de negociantes.

Pero quiero decirles que esto no es retórica, esto no son bonitos discursos, aquí se necesita acción, y en el momento de la toma de decisiones aquellos que hoy en día salen a defender y a proponer una reforma, yo los vi saliendo por la puerta pequeña en estampida para evitar esa reforma que ahora dicen defender. Estoy hablando del doctor Horacio Serpa que en el momento en que había que defender la reforma, le colgó tantos micos que tocó hundirla. Hablo también de Nohemí Sanín, de Nohemí que aquí nos mostró una realidad de la cual yo no soy testigo. Ella dijo que defendió la reforma política, y yo no la vi. Yo vi que Nohemí Sanín pasó de agache, pasó de agache en el momento en que más la necesitábamos, cuando era el momento precisamente de enfrentar el Congreso y de sacar adelante una reforma política por referendo, antes de que se hundiera finalmente en manos de los politiqueros Y obviamente ahí tampoco estaba Alvaro Uribe, porque Alvaro Uribe se opuso a todo con el argumento de defender a los independientes. Lo que hizo fue defender a los caciques que lo puyan para salir ahora a hablarnos de un Congreso Unicameral como gran propuesta de reforma política, como si meter a todos los partidos políticos en el mismo cuarto fuera la solución.

Los colombianos hemos pasado muchos años oyendo a aquellos que aspiran a la Presidencia de la República, pero yo creo que es el momento no solamente de oír sino de medir el aceite. Yo no creo que haya mayor diferencia entre el candidato Serpa, el candidato Uribe y la candidata Nohemí Sanín y lo digo no porque tengan finalmente el mismo discurso, no es por eso. Lo digo porque hay que aplicar el adagio de dime con quien andas y te diré quien eres.

¿Quién está apoyando a Serpa?, Martha Catalina Daniels, Guerra Tulena. ¿Acaso ellos son mejores o peores que Santofimio que salió de la cárcel después de pagar una condena por relaciones con el narcotráfico? Y está ahora apoyando ahora a Alvaro Uribe Vélez. Y ¿qué decir de Nohemí, que habla en contra de los politiqueros y salió del brazo de Fabio Valencia?. Quiero recordarles a ustedes, porque todos los vimos y yo fui testigo, que Fabio Valencia se encaramó en la tribuna a decir o cambiamos o nos cambian y ni lo uno ni lo otro. No solamente no cambió él sino que prácticamente se está reencauchando con Nohemí .

Yo les quiero decir que del brazo de Santofimio, o del brazo de Fabio Valencia, una reforma política, un cambió de las estructuras en este país es absolutamente imposible, ellos son culpables de que hallamos perdido tanto tiempo. Imaginémonos por un instante lo que hubiese sido la situación hoy en día si en el momento en que propusimos la reforma política en el país esa reforma se hubiese hecho. Estoy hablando de una justicia para todos, porque hubiéramos podido cambiar los procedimientos, porque hubiéramos tenido agilidad, para no dejar que los procesos se pudran en unos cuartos purulientos, donde la gente pierde su vida, ahí en los archivos.

Estamos hablando también de una justicia despolitizada, porque todos hemos sido testigos de cómo en Colombia se manejan los procesos, como se inculpan inocentes para absolver culpables que están directamente relacionados con la vida política nacional. Acuérdense de Hazbun, acuérdense de cómo lo hicieron pudrirse en una cárcel para poder garantizar que los verdaderos culpables ligados a la mafia y a la narcopolítica salieran con las manos limpias.

Acordémonos también de lo que ha sido el Congreso y de lo que podría ser el Congreso, un Congreso que necesitamos vital, virtuoso, un Congreso que es lo más parecido a una cueva de Alí Baba, aquí tenemos que cambiar las cosas, pero ante todo cambiar el acceso al poder. No es posible que la política dependa de aquellos que financian los grandes grupos, sean legales o ilegales. Esos son los dueños de la política en Colombia, ¿cuál es la posibilidad para todos ustedes?, Yo se que aquí hay gente que ha pensado honestamente en presentarse a los comicios electorales, porque les duele la patria, porque quieren hacer país. Y después de un momento de reflexión dicen no me puedo asociar allí, mejor no meto, eso está tan podrido, manejan las elecciones.

Es imposible mantener esto así, eso es lo que tenemos que cambiar. Y lo tenemos que cambiar metiéndole disciplina a los comicios, pero disciplina de la buena, de la sana, no la disciplina de los lentejos donde se compra la gente a punta de contratos y a punta de prebendas. Disciplina para tener coherencia. Yo acabo de oír al Dr. Serpa decir que había que oponerse a la reforma tributaria en lo local, pero lástima que se le hubiese olvidado que gracias a sus huestes ahí en el Congreso, su Partido Liberal, pasaron la Contrareforma Política y no solamente eso, sino la reforma en contra de las transferencias que deja a los municipios sin la posibilidad de financiarse y por lo tanto ahora nos obliga a tener una reforma tributaria. ¿Dónde esta la coherencia? Es muy bonito echar discursos aquí, pero donde están los hechos.

Y el gobierno de negociantes, qué decir del gobierno que nos ha tocado. Estamos hablando de que tenemos que profesionalizar al gobierno, que tenemos que acabar con las nóminas paralelas y eso no se hace de la mano de Fabio Valencia Cossio; que tenemos que descentralizar y eso no se hace de la mano de la corrupción, porque la corrupción necesita de recursos para sobrevivir.

Es fácil aspirar a ser el capitán del barco, pero ser el capitán del barco es mucho más difícil que simplemente ponerse el uniforme. Hay que tener las manos libres para poder girar, para poder tomar las decisiones que se necesitan en el momento dado. Y aquellos que están amarrados a la politiquería, a los grupos económicos, al narcotráfico o a los violentos, no pueden tomar estas decisiones, no pueden cambiar el rumbo del país.

Mucha retórica, pero aquí tenemos que medir a las personas por sus actos y su coherencia. Es el momento de entender que si aquellos que aspiran a la presidencia le venden su alma al diablo, y eso no es sólo un problema ético, Colombia es un titanic que se va a hundir. ¿Por qué razón?, porque la política económica implica definir quienes se enriquecen y quienes se quiebran, la política económica establece la distribución del ingreso y por lo tanto, el empleo. La política económica condiciona el desarrollo sectorial, el de ustedes, para fortalecerlos a ustedes o para acabarlos a ustedes.

Muchos de ustedes deberían estar aquí presentes, pero se quebraron, por la subida de las tasas de interés, salieron de la posibilidad de seguir laborando en sus empresas con un patadón, que se les dio desde el banco central a las tasa de interés colombianas, que quebraron el sector productivo colombiano.

El Estado es un agente poderoso a nivel económico, el mas poderoso de todos. Por eso nosotros no debemos aceptar que quienes financian las campañas presidenciales, o quienes aportan con sus maquinarias al éxito de una campaña presidencial, dominen la política económica para utilizarla en beneficio propio.

Aquí en Colombia hemos creído que una buena política económica es aquella que establece los equilibrios de los grandes asociados, como si eso fuera todo. El país está signado, hemos llegado a la situación absurda de tener una disminución del déficit fiscal, de tener una inflación de un solo dígito, de tener una balanza de pagos positiva y de tener la gran mayoría del sector privado quebrado. ¿Por que razón? Porque es que si la política económica se maneja en función de criterios e intereses particulares quien sufre es el país. Si la manera como definimos cuál va a ser el nivel del interés de la tasa de cambio depende el nivel de endeudamiento de los amigos del presidente de turno, ustedes se quiebran.

Si las tasas de interés y el nivel de las tasas de interés depende de las proyecciones de un negocio, de aquellos que en el sector financiero han apoyado el gobierno, ustedes se quiebran. Por lo tanto, estamos hablando de que se tiene que cambiar el norte de la política económica, tenemos que cambiar los objetivos, el objetivo no puede ser rendirle cuentas al Banco Mundial, rendirle cuentas aquellos que han financiado la campaña, el objetivo tiene que ser crecer en equidad y en estabilidad.

Crecer porque el crecimiento es el que nos va a garantizar empleo e inversión. Pero el crecimiento tiene que ser sobre la base de recuperar la rentabilidad de la actividad productiva colombiana. En mi propuesta y en mi gobierno mi objetivo va a ser crecer, hacer que Colombia crezca enfocando la prioridad en rentabilizar la actividad productiva desde la política macroeconómica y en regular las estructuras económicas de manera que podamos tener un fortalecimiento de la rentabilidad de nuestras empresas.

¿Cómo lo vamos a hacer? Aquí todo el mundo habla de equilibrio fiscal, yo les voy a hablar de otra cosa, yo les voy a hablar de una política expansiva a nivel fiscal y monetaria, es decir yo voy a aceptar que hay un déficit fiscal y voy a aceptar que hay un déficit fiscal por que estamos en época de recesión, por que tenemos una industria que está con una capacidad instalada ociosa.

Tenemos que volver a poner en marcha el sistema productivo, y eso lo vamos, razonablemente y con cuidado, pero lo vamos a hacer. ¿Dentro de qué marco? Uno, reestructuración del gasto público, vamos a disminuir la nómina del poder central. Eso no se puede hacer de la mano de Martha Catalina Daniels, ni de Guerra Tulena, ni de Name, ni tampoco de Fabio Valencia Cossio. Vamos a subir el gasto en capital, las inversiones, pero sobre todo nos vamos a enfocar en el gasto social.

Yo les quiero contar una historia, yo estuve hace unos meses en Ciudad Bolívar y allí entre a ese increíble y maravilloso establecimiento educativo, un colegio con una arquitectura moderna, como el mejor de los colegios del norte de Bogotá. Las instalaciones extraordinarias, que bueno pensé y le dije a la gente de la comunidad, "bueno ustedes están muy favorecidos acá, tienen este extraordinario colegio", y una señora se paró y me dijo: "mire, yo vivo justo al frente, soy vecina de este colegio y mis hijos no pueden ir a ese colegio porque para poder entrar hay que tener el respaldo del politiquero de acá de turno y como no lo tenemos no podemos entrar a ese colegio, mis hijos tienen que hacer dos horas de camino para poder ir a un colegio del otro lado en Soacha".

De eso se trata, se trata de reformar las estructuras, se trata de reformar las actitudes, se trata de servirle a la gente. Eso se hace solamente si no hay corrupción, cero corrupción, no podemos ser tolerantes o que pensemos que la corrupción es algo que se puede manejar en ciertos porcentajes. La corrupción la tenemos que liquidar en Colombia y la tenemos que liquidar porque esta liquidando el país.

Vuelvo y insisto no es solamente un problema ético, en una política de expansión fiscal y monetaria. Con corrupción todo el esfuerzo nuestro se va en fugas de capitales, en inversiones especulativas, eso es lo que tenemos que frenar.

Yo se que eso lo vamos a hacer, pero vamos a hacer más, vamos a aumentar la tasa de cambios. Vamos a aumentar la tasa de cambios porque necesitamos fortalecer nuestras exportaciones. En este momento vemos que la balanza de cuenta corriente se nos está degradando aceleradamente, tenemos en este momento un déficit en la balanza comercial, esto nos está indicando que tenemos que cambiar, que tenemos que dar el viraje y para eso se necesita estar libre, no tener las manos atadas.

Ese viraje hay que darlo rápidamente porque necesitamos, primero, mejorar nuestra balanza de cuenta corriente, segundo porque necesitamos fortalecer nuestras exportaciones y disminuir en lo posible las importaciones, tercero porque esto va a influir en nuestro endeudamiento externo, porque en la medida en que nosotros logremos equilibrar nuestra balanza de cuenta corriente vamos a tener una mejor calificación de país y por lo tanto vamos a poder renegociar nuestra deuda con tasas de interés más favorables de las que hemos tenido hasta ahora. Y eso es importante.

Vamos a bajar las tasas de interés, eso lo vamos a hacer para ustedes, porque ustedes son los que más necesitan esa rebaja de interés, de eso depende que ustedes puedan invertir, que puedan crear empleo, que puedan surgir y crecer. Y lo vamos a hacer de manera que la tasa de interés llegue a niveles comparables con la tasa de interés internacional.

Esto quiere decir que vamos a trabajar duro, porque vamos a acabar el tres por mil. Lo vamos a acabar porque el tres por mil es un instrumento perverso que ha incentivado la desintermediación del sector financiero, es decir que ha aumentado el costo de los préstamos, el costo del crédito, por lo tanto ha afectado la rentabilidad productiva de las empresas colombianas.

Si hoy en día en Colombia tenemos dificultades para exportar. Si no somos competitivos a nivel internacional, se debe en buena medida a dos factores: nuestra tasa de cambio que ha sido revaluada y nuestra tasa de interés está por las nubes.

Pero vamos a hacer más, vamos a disminuir el grado de concentración en el sector financiero porque esto es lo que nos va a permitir ser mas competitivos internamente, para ofrecerles a ustedes mejores tasas de crédito; vamos a bajar los costos bancarios, por lo tanto vamos a aumentar la eficiencia del sector productivo y vamos a despolitizar las ayudas que se están dando al sector financiero, y sobre todo, yo me comprometo a fortalecer el mercado de capitales en Colombia, esto es fundamental.

El mercado de capitales en Colombia es la alternativa de aquellos empresarios que no son parte de los grandes grupos económicos y no se benefician de las tasas de préstamo favorables que se tienen al interior de los grupos económicos, como clientes de excepción de los bancos que pertenecen al mismo grupo. Aquí necesitamos que todos ustedes puedan buscar en el mercado de capitales los recursos que ustedes necesitan para poder crecer y por lo tanto invertir, y por lo tanto generar empleo.

Esto lo vamos a hacer adicionalmente, obviamente con una razón de rentabilidad pero también por una razón social, porque es que en Colombia tenemos que hacer un tránsito de una sociedad de asalariados, que no tienen libertad, que dependen de una coyuntura, a una sociedad de accionistas. Estoy hablando de accionistas y no estoy hablando de propietarios, como lo hacia Nohemí Sanín, porque propietarios pueden ser también los propietarios de inversiones improductivas, especulativas. Lo que necesitamos es ser accionistas para que con el esfuerzo y el ahorro de cada uno de nosotros podamos levantar el país, darle posibilidades de inversión, darle posibilidades de crecimiento.

Y vamos a reducir los costos, los costos operativos de todos ustedes y estos son buenas noticias para ustedes . Primero, los servicios públicos, nosotros no podemos pretender ser competitivos mientras que las tarifas eléctricas son más caras que las tarifas que se prestan a nivel internacional. Lo mismo pasa con el combustible, el combustible en Colombia más caro que en Estados Unidos y nosotros somos productores y ellos importadores.

Aquí hay que regular, hay que establecer unas reglas de juego claras para defender a los usuarios, pero también vamos hacer una reducción sustancial de impuestos. Por eso desde el principio hable de déficit fiscal porque con esta reducción de impuestos, primero a la renta, segundo al IVA.

Déjenme decirles que la reducción del IVA es el instrumento más efectivo en la lucha contra el contrabando. Yo no les voy a ofrecer a ustedes políticas para darles contentillo con grandes titulares. Les estoy ofreciendo un programa macroeconómico sólido que les de garantía de salir adelante.

Pero vamos a aumentar el impuesto patrimonial. Esto es algo que Alvaro Uribe nunca les va a prometer. Lo vamos a hacer porque en Colombia vamos a premiar a los que invierten, a los que creen en Colombia, pero vamos a castigar a aquellos rentistas que se han adueñado de un patrimonio grande pero improductivo y que por lo tanto no están aportando al crecimiento de la Nación.

Estos dos pilares, el pilar de las estructuras democráticas y el pilar de una política económica que nos genere armonia social, son el camino hacia la paz. Yo quiero decirles que a diferencia de los otros candidatos presidenciales yo no doy bandazos. Yo estoy con la paz desde el primer día y hasta el final. Y no estoy con la paz condicionada, o con veremos, o acomodándome a la moda del día. Nosotros llevamos 30 años en los que Colombia ve un proceso de paz hecho de bandazos, nos sentamos a la mesa, se nos presenta una dificultad y nos paramos .

Yo se que en Colombia en este momento esta de moda ser guerrerista. Yo no lo soy porque tengo conciencia que los guerreristas, aquellos que quieren la guerra, no son los que ponen los muertos. Yo quiero contarles a ustedes lo que he visto en mi recorrido en esa chiva que me ha permitido llegar a todos los rincones de Colombia. Vi cosas que me han ofendido como colombiana, que me han ofendido, he visto como detrás del paramilitarismo se esconden intereses particulares para hacer negocios con la muerte y con la violencia, personas que pasan detrás del paramilitarismo a comprar las tierras de aquellos que han sido expulsados. Que bonito negocio, un negocio que dura de pronto uno o dos años, pero que esta acabando con el país, que está gangrenando nuestro tejido social, puede que sea un buen negocio para ellos, pero en el momento en que se cae la casa se nos cae la casa a todos y eso es lo que yo no voy a permitir.

Yo se que el proceso de paz ha sido acompañado de mucha frustración. Pero yo les digo de todo corazón que nosotros no podemos votar estos tres años por la borda, no lo podemos hacer porque estamos condenados al diálogo. Nosotros no estamos enfrentando una potencia extranjera, ni individuos que podamos sacar de las fronteras. Estamos enfrentando colombianos, estamos enfrentado colombianos que se están batiendo por el poder en Colombia, por un poder que ha sido excluyente, un poder que no ha permitido que personas diferentes se expresen.

Vuelvo y les digo, ustedes han dado un ejemplo de democracia permitiendo que yo me exprese acá. Otros no lo han hecho, y si lo han hecho conmigo como no se lo van a hacer a personas que están en Putumayo o que están o que están en Bolívar, o que están en Santander. Yo quiero que miremos el otro extremo del mundo y que miremos lo que esta pasando. Lo que pasó con el IRA, un siglo de guerra fratricida matándose entre ellos, acaban de firmar un acuerdo para deponer las armas; ellos llaman esto la jubilación de las armas. Por que razón, por que es un siglo de echar bala, de brabuconadas, y tuvieron que llegar a la conclusión que tenían que dialogar.

A eso vamos a llegar nosotros siempre, ahora o más tarde. Podemos hacer la paz ya o mantenernos en el proceso, también podemos posponerlo, pero al final de cuentas tendremos que llegar al diálogo y así solucionar los problemas en Colombia.

Lo digo porque para mi romper el diálogo es un retroceso. Yo por eso he puesto sobre la mesa una propuesta, he propuesto que haya una Pre Constituyente aquí, en este momento, en estos días, antes de que se acabe la fecha fatídica del 20 de enero y volvamos a la crisis y a no saber que hacemos con la zona de distensión.

Una Pre Constituyente porque tenemos que dialogar no solamente entre FARC y gobierno sino todos los colombianos; darnos la posibilidad de hablar y darnos la posibilidad de la reconciliación nacional. Imaginémonos lo que sería todos reunidos conversando sobre la paz, los gremios, Fenalco. Claro, pero también los sindicatos, los políticos, pero también los que no son políticos y las iglesias y los profesores, pero también las juventudes porque tenemos que crear un clima de distensión.

Ya hemos hecho un ejercicio en ese sentido de crear un clima de distensión, antes de la Constitución del 91. ¡Se acuerdan de esas mesas que se hicieron por todo el país para que la gente hiciera sus propuestas! Eso dispuso los corazones para que hubiera una reforma constitucional difícil en ese momento, tan difícil como la que estamos proponiendo en este momento. Tan difícil de hacer como aquella que estamos proponiendo hoy. Pero se logró porque había un mecanismo operativo, un mecanismo operativo esencial, porque yo si quiero ver a los militares hablando en torno a una tregua.

La tregua no se hace por decreto, porque si no hay voluntad política si no hay decisión, si no hay liderazgo, siempre habrá alguien para salir a echar la primera bala y tirarse el proceso. Pero que tal si sentamos en una mesa al Mono Jojoy con el General Tapias, el General Mora, y los sentamos allí para que nos digan cuál va a ser el acuerdo en lo mínimo, que es lo mínimo en lo cual nos podemos comprometer durante un mes, 10, 15 días, a ver si cumplimos, a ver si somos capaces de dar un paso hacia adelante a ver si somos capaces de ser mas exigentes y por lo tanto acercarnos paso a paso, fase tras fase, etapa por etapa, conquistando el terreno de la paz sobre la base de construir confianza entre las partes.

Yo quiero que ustedes entiendan algo que para mí es fundamental. Aquí estamos divididos, claro, entre aquellos que piensan que hay que darle duro a la guerrilla y aquellos que dicen que hay que mantener los diálogos. Tengan el convencimiento de que del otro lado de lado, allá en la guerrilla está pasando lo mismo. Allá también hay gente que quiere seguir con el negocio, porque el negocio es bueno, porque el negocio da para todo y adicionalmente es un negocio que da poder. Ahí mismo, dentro de la estructura de las Farc, el que más bravo sea, el que mas agresivo sea, ese va subiendo en la escala militar.

Pero si nosotros fortalecemos el discurso de la paz aquí, también fortalecemos a aquellos que allá están luchando por la paz. Yo quiero que todos seamos conscientes de que efectivamente hemos tenido una suerte y es que el presidente Pastrana, con todas las críticas que le queramos hacer, yo la primera, ya le apostó a la paz. Y del otro lado otro le apostó a la paz, Marulanda le apostó a la paz. Quiero decirles que si nosotros rompemos los diálogos, acabamos con el proceso de paz y si se muere Marulanda, quizás habrá 30 años mas de guerra porque en ese contexto de confrontación, aquellos que van a pelear por la sucesión del comando de las Farc lo van a hacer en el marco de la intensidad del conflicto, y no son aquellos que quieren la paz los que van a llegar a comandar las Farc.

Yo tengo el convencimiento de que Colombia debe caminar en otra dirección, porque lo que no hagamos hoy está hipotecando el futuro de nuestros hijos. Yo quiero que mis hijos vengan a vivir a Colombia y que no tengan el temor de que los maten en una esquina. Y yo sé que cada uno de ustedes tiene esa misma ilusión. Y depende de nuestra fortaleza para construir ese camino.

Hoy quiero decirles que en medio de dificultades, lo fácil, lo obvio también, es salir a decirles no más, acabemos con todo. Pero precisamente porque hay dificultades, son las dificultades las que le dan la justificación al proceso, las que hacen que ese proceso sea necesario y válido. La guerra ahí esta, lo único que cambia es que haya un proceso de paz..

El 11 de septiembre el mundo cambió, eso lo sabemos todos, cambió de manera fundamental porque se le acabó el espacio a los terroristas, porque hoy en día hay un consenso planetario que nos está señalando que a aquellos que pretenden dirimir las dificultades a punta de terrorismo se les acabó el tiempo, ya no dan más.

Ahora le hacían una pregunta a Horacio Serpa: "¿usted que haría si le pidieran en extradición a Marulanda, en estos momentos, por narcotráfico? Esa es una pregunta que se tiene que contestar sin dar vueltas y sin desvíos. Yo quiero decirles que yo me batí por la extradición en el Congreso, y no solamente por la extradición que tenemos hoy, sino por una extradición retroactiva, retroactiva para que aquellos bandidos que le habían pagado la campaña al Dr. (Ernesto) Samper, se fueran a pagar por sus fechorías.

Yo sé que en Colombia necesitamos de la alianza internacional para acabar con el narcotráfico, yo se que esa extradición es necesaria, cuenten conmigo para aplicarla sin tratar ni de acomodarla, de frente. Pero quiero decirles que yo voy a hacer muy generosa en la paz. Que si Marulanda firma con mi gobierno un acuerdo de paz donde el primer punto sea la desnarcotización del país, es decir que ellos corten los vínculos financieros con el narcotráfico, yo no mando a Marulanda para los Estados Unidos. Porque ese va a ser el compañero de la paz en Colombia y eso lo tenemos que defender.

Creo que hoy es el momento de que cada uno de nosotros asumamos nuestra responsabilidad, los asiáticos dicen que las crisis son oportunidades y esta es una inmensa oportunidad. Colombia está lista. Ustedes están listos para dar ese cambio, para dar ese viraje, para dar ese timonazo hacia la libertad con solidaridad y con armonía. Yo los quiero llevar allá, a ese país diferente, a esa Colombia Nueva. Yo sé que en el corazón de ustedes esa Colombia Nueva está naciendo.

Gracias.